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¿Cómo iniciar una economía circular?

  • Foto del escritor: Fractal Estrategias sostenibles
    Fractal Estrategias sostenibles
  • 9 dic 2022
  • 2 Min. de lectura

Podríamos iniciar dando respuesta a este planteamiento desde una visión de la oferta de bienes y servicios, y esto implicaría cambiar la manera en que producimos. Sin embargo, esta visión sería incompleta, puesto que los patrones de producción responden a dinámicas de consumo-uso, esto es, producimos lo que la demanda está en disposición de adquirir.


Esto nos podría dar indicios que uno de los principales retos que afronta la economía circular, parte por cambiar los hábitos de consumo, pues parte del imaginario colectivo establece la satisfacción de las necesidades a partir de la mayor capacidad de consumo, esto implica entender el consumo como una cultura desde la linealidad. Introducir una cultura desde la circularidad, parte por satisfacer las necesidades a partir de una austeridad compartida que preserve los recursos naturales y permita a la naturaleza la regeneración de los recursos, esta visión nos recuerda un poco la definición de desarrollo sostenible del Informe Brundtland (1987).


Al respecto Serge Latouche retomando la fábula “Cultura de la reciprocidad” de Paolo Coluccia, nos relaciona al actual modelo lineal con el infierno, pues representa al crecimiento insostenible (relacionado al consumo con derroche), mientras que el paraíso, si bien también existe abundancia, se fomenta el consumo frugal compartido en armonía con la naturaleza, principio fundamental del modelo circular.


Para alcanzar estos cambios culturales e interpretando a Latouche en “Revaluar, reconceptualizar ¿Cómo salir del imaginario dominante?” es necesario realizar tres intervenciones que han colonizado nuestra mentalidad de consumo, esto es cambiar:


(1) la educación, ésta hoy se enfoca por promover el aprendizaje desde la insatisfacción, para ello, se debe enfocar en fomentar ciudadanos disciplinados y conscientes del impacto de sus decisiones de consumo;

(2) la manipulación mediática, puesto que se han creado consumidores y usuarios frustrados, siendo este sentir, una de las razones para encontrar en el consumo la satisfacción de los vacíos emocionales y;

(3) el consumo de lo cotidiano, dado que se generan nuevas formas de satisfacer las mismas necesidades con nuevos bienes, lo que propicia la sobre fabricación de bienes y por ende más carga de recursos.


Si bien existen otras decisiones que contribuirían a construir una cultura desde la circularidad, de las acciones planteadas por Latouche se identifica una relación fundamental de enseñar-comunicar-aplicar hábitos de consumo que se sustenten desde la colectividad, los cuales garanticen las necesidades del colectivo y no sacrifique a la naturaleza. Estos hábitos deberán surgir de procesos de construcción incluyentes, con una estructura lógica y con información científica validada como soporte, puesto que de lo contrario puede recaer patrones de consumo actuales y genere referenciación negativa para los procesos que se implementen en economía circular.


Como una alternativa a lo propuesto por Latouche se menciona a la teoría del decrecimiento, -que respalda algunos de los pilares de la economía circular-, pues defiende la sostenibilidad de la economía al ser compatible con la preservación de los recursos naturales al disminuir progresivamente la intensidad en el consumo de recursos. ¿será el decrecimiento una buena alternativa para migrar del modelo lineal a la circular?


Este tipo de cuestionamientos permiten la construcción colectiva de alternativas, que finalmente serán la base de los cambios sociales que facilitarán la construcción de una cultura circular.


Harrison Daza

Gerente General Fractal Estrategias Sostenibles

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